miércoles, 8 de abril de 2009

TDT de pago o la especulación audiovisual en el espacio público



La televisión digital terrestre será un cambio radical en la forma de consumir los productos televisivos... ¿O no? La promesa de un modelo de televisión plural y más democrático va a derivar en una televisión de pago. Y el principal cambio parece que será que el fútbol de pago lo gestionará Jaume Roures y la tecnología para el pago por visión tendrá un coste irrisorio comparado con el mantenimiento de la plataforma por satélite de Canal +. Vaya una revolución, más parece un revolcón a Prisa por su coqueteo hispanoamericano con el liberalismo sin fronteras y el gallardonismo en ciernes. El caso es que la "paraeta" de Sogecable y Audiovisualspot va tocando a su fin.
Para la administración española, la especulación política y la compraventa del espacio público radioeléctrico es incuestionable, siempre lo ha sido... De igual manera que con el suelo, el territorio y el negocio inmobiliario, donde la cosa ha acabado cómo ha acabando, lo mismo nos toca pagar el fiasco entre todos; eso sí, después de comer televisión basura hasta reventar. Eso pasa cuando un derecho se trata de convertir en un negocio. El reciente decreto del gobierno de Zapatero que activa las fusiones entre empresas audiovisuales televisivas y la próxima publicación de la ley General Audiovisual estatal que permitirá casi con toda seguridad la posibilidad de licencias de TDT de pago parecen hechas a la medida de Mediapro (LaSexta) y de su salvación en la marea económicomediática. Salvado Roures, la pregunta es... ¿La TDT nos hace más libres frente a los medios, nos permite acceder a más canales y disponer de nuevos mecanismos de feedback interactivo con las empresas audiovisuales?, ¿para qué queremos más canales si su distribución se ha hecho con criterios mercantiles y sus contenidos son o radicalmente partidistas y de calidad nefasta? ¿dónde está la promesa de la pluralidad? ¿qué hay de las licencias de TDT destinadas al tejido social y cultural? En realidad, la industria audiovisual, pasada por el filtro de los accionistas inmobiliarios como Ulibarri, más que nunca quiere convertir el espacio público radioeléctrico en un coto cerrado que permita la especulación del territorio... no hay lugar para la democratización de las comunicaciones... muerto el becerro de oro del ladrillo alguien piensa salvarse con el negocio de las televisiones, con publicidad institucional y pagando por los contenidos, pero es muy probable que las cuentas no salgan. A ese negocio de plagar de "grúas" nuestro "suelo" audiovisual se han puesto con ahínco las preclaras mentes de políticos y del sector audiovisual y quedan pocos lugares donde esconderse de ello, sólo en Internet (fútbol gratis a gogo, pero con una banda ancha muy "estrecha" y cara). Internet para el que lo pueda pagar y mientras las descargas no nos pongan a todos los internautas fuera de la legalidad, entrerrejas y vigilados por el panóptico de Foucault, donde quizá ya estamos ...
Aunque el Gobierno de Zapatero tiene en agenda la concesión de licencias de TDT de pago, y aunque el pasado miércoles amagó con hacer esta opción efectiva, ha vuelto a dar marcha atrás, en parte por las presiones de Prisa, en parte porque en mi opinión no sabe muy bien cómo salvar a la Sexta sin hundir económicamente a las otras T.V. generalistas.

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