Internet y la digitalización de los contenidos audiovisuales está cambiando la forma de consumo de los jóvenes, en realidad de todos un poco, pero más de ellos. Es evidente que la industria audiovisual cada vez más se encuentra desubicada ante lo que está ocurriendo. Un ejemplo que pongo a vuestra consideración es el de La Bien Querida... el nombre artístico de Ana Fernández que se ha cobrado una popularidad altísima en el mundo musical indi-pop a partir de la difusión de su maqueta en Internet y que sin embargo está recibiendo muchas críticas por que dicen sus internautas-fans que ha traicionado el espíritu original de los temas de la "maqueta" en la versión producida por Elefant Records (disco Romance). En fin, tenéis información de la polémica en la reseña de Público. Si Umberto Eco alertó de que "el público perjudica la televisión", quizá esto sea un ejemplo de que Internet deforma el proceso creativo y mete al público en el "estudio" o en el "taller" del artista: "los internautas anulan al creador" o al menos se enredan en los engranajes de su maquinaria.
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