lunes, 9 de marzo de 2009

RTVE y el derecho de acceso: un reglamento de doble filo


Finalmente una televisión pública se ha decidido a desarrollar el "derecho de acceso" y ha incluido entre su ordenamiento de regulación interna para el cumplimiento de la función de servicio público el concepto de "participación" ciudadana. El derecho de acceso de la sociedad civil a los medios es posible que sea el más "mojado" de todos los papeles que definen el "servicio público" de los medios de comunicación audiovisuales. La Corporación RTVE ha puesto en marcha, desde el 1 de enero de 2009, el Reglamento para el ejercicio del derecho de acceso de grupos sociales y políticos significativos como mecanismo de garantía del pluralismo en los contenidos de la Corporación. El objetivo de este procedimiento es que las organizaciones, asociaciones y entidades puedan desarrollar su derecho a tener presencia en los programas e informativos de TVE y RNE y puedan ejercerlo y presentar eventuales reclamaciones. Este reglamento se sustenta en la Directrices aprobadas por el Consejo de Administración del Consorcio de RTVE que marca los parámetros sobre los que delimitar cómo y quién puede acreditar el derecho de acceder a los contenidos de la programación de RTVE y reivindicar su presencia y participación mediática. Sin embargo, a la luz del Reglamento, el papel no se "ha secado" y el derecho sigue siendo difuso... La subjetividad del procedimiento aprobado para dar acceso a los medios es tan alto que conviene sospechar si se ha hecho para tapar vergüenzas más que para garantizar la pluralidad mediática e ideológica de la televisión pública. El procedimiento no regula con criterios suficientemente claros la valoración de las propuestas, las tipologías de acceso posibles ni el modelo establecido para la valoración y evaluación de las propuestas. En el momento en que exista el mínimo conflicto en el proceso de concesión se estará a merced de la misma subjetividad que rige televisiones tan cerrilmente manipuladas como Canal 9. Aunque es de agradecer que se "abran las ventanas" y se ventile el funcionamiento interno de los medios públicos, sería de desear que se procurara desarrollar este mecanismo con más seriedad y se explicara de manera más clara y con más difusión.
Para descubrir la voluntad real que se esconde tras este reglamento, lo mejor es ponerlo a prueba... estoy ansioso por saber que ocurre cuando la sociedad civil comience a hacer uso del procedimiento que ahora se abre. Es cuestión de esperar a ver como funciona y como sienta este gesto de transparencia en medios manipulados y sometidos a régimen de pensamiento único como los de Radio Televisión Valenciana.

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