¿Es Público el diario de la izquierda?

La aparición del diario Público en 2007 fue una apuesta por construir una alternativa informativa de izquierdas en un momento en el que el diario de referencia para toda una generación progre, El Páis, iniciaba el giro ideólogio y se convertía en el vocero de la estructura socialdemócrata más alejada y reacia a seguir vinculada al análisis marxísta y crítico de la realidad. Esta derechización tuvo dos momentos o hitos... el cuarenta aniversario del asesinato del Ché que fue despachado por el diario de Prisa con un editorial en el que afirmaba que ensalzar a un personaje como el Che era abrazar la ideología "terrorista" (algo que provocó la respuesta de la redacción). Esta deriva y su manifestación en la "revisión" de la figura del Che tiene relación directa con los intereses de Prisa en Latinoamérica, de ahí proviene con toda seguridad una de las líneas de viraje: la necesidad de guardar coherencia con su posición estratégica al otro lado del Atlántico. El segundo hito fue el creciente apoyo a la operación de centrar en PP hasta el punto de convertirlo en la alternativa al PSOE de la mano de un líder forjado en la moderación liberal: Gallardón.
En ese contexto, Público, más que una necesidad, era un clamor. Sin embargo, un diario es una herramienta de la industria de la comunicación y la cultura "cara" de articular, de financiar y de mantener. Por más que a los lectores de los blogs y las páginas web de izquierdas nos gustaría tener algo en el quiosco que comprar sin dudas o sin temblores, lo cierto es que Público se ha pagado con el dinero de un empresario (Roures) que quiere recuperar su inversión, y, desgraciadamente, no la recuperará con los 0,50 euros de los 68.000 voluntariosos que lo compramos de tanto en tanto. El proyeccto de Roures se ha de pagar (y si no tendrá que hacer suspensión de pagos, cosa que ya se rumorea) con las inyeciones de los anunciantes de grandes empreas y con el apoyo del gobierno de Zapatero que ha apostado por el catalán para que capte el voto disperso de la izquierda alternativa y no comunista y lo lleve al redil. El futuro de Roures está estrechamente ligado al de Zapatero, necesita que le concedan una TDT de pago para poder sacarle pasta al fútbol después de robarle el negocio a Prisa a golpe de talonario y de préstamos bancario. Pruebas de ello. Es difícil... todos tenemos la ilusión de que Público sobreviva, y entiendo que este tipo de reflexiones apocalípticas no ayudan en estos momento en los que la izquierda trata de reorganizarse. Pruebas... dare dos, una subjetiva y otra objetiva. La subjetiva, un diario que pretenda ser alternativa a la trayectoria de El País ha de forjarse en dos bases... el periodismo de investigación y la reflexión crítica pero independiente. A mi modo de ver, Público vive de los empujes de la realidad y la actualidad pero no tiene capacidad de producir noticias o de generar otra visión de la realidad, como mucho lo cuenta de otra forma, de una única forma. Contar las cosas de dos maneras y hacer periodismo de investigación requiere de fuertes inversiones, si lo has de pagar claro. La objetiva, la semana pasada cesaron a su director, Ignacio Escolar, que fue sustituido por un periodista de larga trayectoria procedente de... Prisa, Felix Monteira. Las razones de esta destitución parecen poco transparentes, pero en algún foro alternativo lo relacionan con una intervención de Escolar en un programa matinal de Radio Nacional y con su encendida crítica a la actuación del ejercito sionista. En realidad, esto parece ser una mera coindicencia, o una evidente coincidencia... las razones de Escolar están en su blog.
En todo caso, y como esperanza o alternativa a la cercana caída de Público, nunca un solo diario ha sido suficiente fuente de información para tener una visión compleja y, por tanto, crítica de la realidad. Nunca más que ahora, la red Internet se ha convertido en la única salvación del derecho de "acceso" de los ciudadanos a la información y quizá también, en la tumba de los medios tradicionales sea cual sea su ideología.