He visto pocas polémicas tan infantiles como la que mantienen Arcadi Espada y Javier Cercas a cuenta de la recreación documental o periodística de la realidad y la "legitimidad" de la ficción en el acto creativo. Espada acusó a Cercas de "mentir" en la "historia" documental de Soldados de Salamina (la acusación se la trae); Francisco Rico puso un ejemplo; Cercás se defendió de la acusación (porque la novela tiene una complicada defensa); y ahora Espada publica una columna en la que descirbe a un Cercas frecuentador de prostíbulos y detenido por una redada policial, eso sí con fina e incomprensible ironía que los internautas no han captado y han convertido en un bulo. Y todo por una debate a mi modo de ver de un muy reducido contenido. Alguien puede pretender que el acto creativo pudiera ser otra cosa que ficción. Como si lo documental y lo periodístico fueran otra cosa que un género narrativo en el que se convierte en ficción-documental la realidad con el objetivo de configurar un negocio: la industria audiovisual. Más patético si cabe es el debate, toda vez que, respectivamente, representan las voces "intelectualoides" (o sea, la ideología al servicio de la legitimación de las empresas que hay detrás) de dos medios tan "fiables" (es ironía, no ficción) como El Mundo y El País. Mejor ejemplo que este no encuentro para demostrar que los medios tradicionales están en decadencia, que más pronto que tarde el capital que los sustenta buscará nuevos caladeros y que las instituciones tendrán que inventar otro marco "académico" en el que engañar las mentes de los futuros (o no) profesionales. En el país del hidalgo don Quijote, nadie se acuerda de él ni cuando se hace periodismo ni cuando se desfalcan las administraciones públicas bajo el velo de las patrañas informativas (en los diarios de lo polemistas, por ej.).
No hay comentarios:
Publicar un comentario