Bil Gates en el encuentro del Club Bilderberg que ha tenido lugar en Sitgers para hablar de sobre la necesidad de mantener la ayuda al desarrollo y la cooperación. La intervención de Gates se realiza entre plato y plato de las reuniones de un Club que dedica sus esfuerzos a planificar las finanzas del planeta. Los hombres y mujeres influyentes de la galaxia del poder económico han elegido este año España para su reunión, después de que la edición anterior fuera acogida por Grecia, un país que 12 meses después de aquella cita está en quiebra. En Atenas, hace un año, el Estado Griego dio toda la cobertura de seguridad y opacidad que necesita este evento anual, una opacidad solo comparable a las de las propias cuentas griegas. Las crónicas del periodista de The Guardian, Charlie Skelton, fueron el año pasado una pequeña ventana, y termino siendo deternido por hacer poco más que informar sobre las entradas y salidas de quienes ya estaban decidiendo, con mucha probablididad, el futuro de algunas economías y estados europeos. Gates acude, con seguridad, para explicar y dar testimonio de las campaña de lavado de imagen de Microsoft a través de la descarga caritativo millonaria que la Fundación Gates va dejando caer en míseros gestos de responsabilidad social. Gates es un modelode solidaridad corporativo-familiar que puede servir de eje vertebrador para las decisiones futuras del Club Bilderberg: los estados sociales están en sus últimas bocanadas, ahogados por la especulación financiera y monetaria, el discurso de la cooperación y la solidaridad es la fachada propagandística con la que se pretende cuadrar el aumento indiscriminado de los beneficios sin control y el desmontaje de cualquier sistema de regulación. La solidaridad acalla conciencias y mitiga, junto con la represión policial, alzamientos sociales; a cambio de aumentar los beneficios especulativos y libres de presión fiscal los ricos repartiran y nos beneficiaran con su cooperación y solidaridad.
Parte de la estrategia del Club Bilderberg e indisoluble de los desconocidos acuerdos del año pasado en Atenar es, seguramente, la salida pública de Bil Gates para explicar un "filantropismo" tan enorme como desrregulador. En una entrevista concedida (por no decir dictada) a El País, Gates nos recordó su credo: "Bueno, es fantástico que otra gente tenga dinero y que, esperemos, busque formas de devolverlo a la sociedad, y que disfruten de hacerlo (sic). Carlos Slim está empezando a hacer una filantropía muy buena y es buenísimo que tenga los medios para poder hacerlo. [...] Si no hubiera donado mi dinero tendría casi el doble de lo que tengo". La palabra "mi dinero" me estremecio y me recordó a aprendices de cooperantes como Rafael Blasco. También me removió pensar en que "disfruten" con ello.
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