Al tiempo que Zapatero se suicida electoralmente y abandona el proyecto de cambio social que parecía abanderar; mientras Zapatero anuncia su preocupación por España arrastrado por el chantaje, o amenaza, o secuestro, o todo a la vez, de quienes poseen la deuda estatal; mientras Zapatero, como un Fausto que ha entregado sin rechistar su alma de "reformista" como prenda en un montón de contratos diabólicos que o no se negó a firmar o se negó a romper... mientras eso pasa, y en ese escenario, hemos descubierto que Rajoy tiene en Camps algo más que un "barón" autonómico bien vestido y con algunos problemas en la justicia por un tema de "cinturones". Rajoy ha demostrado que no se puede desvincular de Camps, porque Camps es el modelo. La respuesta de Rajoy ante las medidas de Zapatero fue digna de servir de ejemplo del dilema de Schrödinger, "las medidas son injustas e insuficientes", que se puede leer entendiendo que hacen falta otras medidas y que esas son injustas, pero también se puede leer interpretando que lo que se quiere decir es que "las medidas son injustas, aunque también y simultáneamente son insuficientes. Es decir, esto es injusto, pero me encanta la injusticia. Esta segunda lectura colocaría el pensamiento político de Rajoy más allá de la "física newtoniana" y en un terreno en el que sólo la acelaración de las particúlas nos puede dar luz o comprensión, y eso a medio plazo. Ahora bien, Rajoy se ha soltado y ha aportado algunas otras vías o medidas, estas sí, "justas y necesarias"... recortar el presupuesto de RTVE, el de los sindicatos y el de los partidos... a lo que añadió el recorte en las partidas destinadas a cooperación, o sea, al tejido asociativo. Es decir, el desmontaje económico de las instituciones que garantizan, todavía en este país, la existencia de un mínimo espacio público, de opinión pública, de pluralidad. Sobre esa base, la financiación del PP, la manipulación y desregulación de los medios audiovisuales (en manos de los poderes económicos) y la desarticulación de cualquier institución crítica emergen como alternativa; es, en definitiva, el modelo Camps que ha hecho de la Comunidad Valenciana la autonomía más desvertebrada y menos plural de todo el estado. Rajoy ya tiene modelo para salir de la crisis, se llama Camps, se llama Blasco, se llama Gürtel; Zapatero no tiene modelo... tiene miedos y "buenas" compañías.
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