Como uno suele pensarse el centro del universo, le parece un signo de esa centralidad que el año que me he enganchado a la lectura digital de libros con mi flamante kindle coincida con cierta aceleración en el desembarco de las industrias digitales en la cultura. Como en realidad uno también sabe que no está en el centro de nada, sino perdido en una selva global en forma de red y sin centro ni periferia, sospecha que la compra de un ebook es sólo un signo de haber caído en las garras de un nuevo mercado que crece con vigor en un capitalismo que se desmorona en la realidad mientras que se apuntala en las "nubes" digitales. Bueno, que Amazon ha anunciado que abrirá la semana que viene tienda en España, las industrias parecen dispuestas a dar pasos en lo de la digitalización de los libros de texto. Sin embargo, como bien analizaba el informe del Babelia de la semana pasada, la cosa del libro digital va más lento, pesado y difuso de lo que podría o debería parecer. Sobre todo si intuye que los libros digitales de amazon.com van a tener el mismo precio que los editados en papel. Con ello, los editores creen apuntalar el negocio, pero en realidad lo que hacen es alentar la piratería. Quizá toque analizar lo que está pasando con los negocios del cine en la red.
No hay comentarios:
Publicar un comentario