sábado, 24 de noviembre de 2007

Svetlana: televisión y violencia de género

Por descontado que el único culpable "directo" de la muerte de
una mujer en un caso de violencia de género es el asesino con
sentencia firme (no el sospechoso). Sin embargo, el caso de la
muerte de Svetlana tras su paso por el programa de Antena 3
Diario de Patricia pone de nuevo en jaque el papel que está
teniendo en la programación televisiva todo lo relacionado con
la "violencia de género".
Y, desde mi punto de vista, el tratamiento de las situaciones de
relación de género en TV de manera evidente (tratamiento
informativo de un hecho) o de manera sutil (una pareja que se pelea o
se reconcilia en directo) conlleva en más de una ocasión un
proceso de espectacularización de los hechos, de refuerzo de los roles
de los protagonistas y de escandalización de los espectadores más que un
intento de regular la relación de la sociedad con estos hechos. No
olvidemos que la televisión, en este país, es un servicio público. No
se trata de culpar a nadie, se trata de establecer las pautas de
regulación del tratamiento de la violencia de género y de la intimidad
en los mass media. Dicho eso, podemos discutir si la presencia por
sorpresa de una expareja en un plato puede o no influir en el desarrollo de hechos
posteriores. No creo que el hecho de que un programa de televisión
ponga en contacto a una persona con sentencia de 11 meses de cárcel y
orden de alejamiento ayude a evitar posteriores acontecimientos.
Tampoco creo que forzar que una joven diga que "no" a su pareja ante 2
millones de espectadores y que el programa propicie la visibilidad
social de miserias sentimentales, económicas y personales haya
ayudado a la asimilación por parte del interfecto de su situación. La
máquina de la televisión es un "monstruo" cuyas consecuencias son de
difícil predicción, sobre todo con 2 millones de espectadores en una
franja televisiva protegida para menores. También creo que este hecho
no es igual que el caso de Ana Orantes, aunque se trata de otra vuelta
de tuerca en el proceso de espectacularización del hecho de la violencia...
a Ana Orantes no la engañaron para ir al programa de televisión,
pero su caso ha servido para mostrar a muchos productores
que una situación como la de Ana vale su peso en oro y que ese
espectáculo es el que una parte de la audiencia está demandando. Lo de
Ana fue una situación que nadie esperaba... en el Diario de Patricia la
situación se busca cada tarde para montar el circo de los medios
basura.
Y por último... resulta lamentable que una sentencia de prisión y de
alejamiento del día 30 de octubre no pudiera ser firme y eficaz 15 días
después de haber sido dictada... Me parece que, dada la situación, 15
días son suficientes para que se tomen medidas que garanticen la
seguridad de las mujeres respecto de sus agresores, lo siento, pero lo
veo triste. Sé que ese no es mi tema y que no dispongo
de datos para justificar o refutar, pero esos quince días pudieron ser
la diferencia entre la vida y la muerte de una persona y es muy triste
que una mujer muera con una orden de alejamiento y con una pena de
prisión para su maltratador que no ha podido ser ejecutada. Creo que no
es el primer caso de mujeres muertas con órdenes de alejamiento
firmadas e incluso comunicadas... Ese mensaje, a través de los medios,
gestionado de manera irresponsable, puede ser demoledor para el proceso
de lucha contra la violencia... si una sentencia no sirve para salvar
la vida de las mujeres y un programa de televisión puede poner en el
plató a un maltratador ante su víctima, es que algo no va bien.
Un saludo y perdón por la extensión.

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