Krugman pone el foco hoy, en el suplemento económico de El País, sobre el proceso de privatización del sistema penitenciario en el estado de New Jersey. No es una noticia nueva... Es un rumor que nos persigue desde que los buitres de lo privado están a la búsqueda de futuros filones para convertir en negocio el sistema de de garantías sociales. Convertir en tráfico y traficar con la suspensión temporal de la libertad son una frontera que se pensaba muy lejana. Foucault levantará la cabeza desde la tumba para ampliar sus reflexiones sobre el ejercicio de represión que supone el sistema penitenciario a la luz de este ejercicio de neoliberalismo rampante. Los mismos loobys económicos controlan legislación de un estado, controlan también la privatización de las administraciones que regulan la entrada y salida los presos, sus necesidades, la capacidad de los centros... El sector privado tendrá el poder sobre la realidad paralela que es la suspensión de la libertad, una realidad que crece a la sombra de los intereses de rentabilidad, de especulación en Bolsa... Se entrega las llaves de nuestra celda a los gestores de la deuda estatal, mediante contratos administrativos leoninos. Josep Fontana, recientemente, en una conferencia en el Centre Cultural La Nau ya apuntaba que el negocio de las "prisiones" evidenciaba poner los derechos fundamentales en manos de las desregulación.
Un bucle perverso en el que los ciudadanos, al tiempo que cerramos los ojos al deterioro "privatizado" de las prisiones, con la excusa del abaratamiento de nuestros "impuestos", nos condenamos a un futuro de derechos fundamentales vigilados por el club Bilderberg. ¿Quién controla la búsqueda de beneficios procedentes de meter a gente en la cárcel? Los rumores sobre el futuro de las prisiones privadas españoles también han llegado a la Generalitat... a Siete Aguas para ser más concreto...
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