lunes, 23 de febrero de 2009

El final de los libros


Internet ha puesto en jaque el futuro de la mayoría de las industrias culturales, sobre todos las de soporte audiovisual. La música y el cine ya saben que sus días, tal como conocemos en la actualidad estos dos negocios, están contados. Los empresarios que sufren las consecuencias (principalmene las grandes multinacionales que llevan años viviendo de explotar monopolios y contratos leoninos) tratan de parar el tsunami aireando la situación con un sofisma que une el final de sus negocios con el final de la creación cinematográfica o musical. Nada más falso... con toda seguridad lo que dará de comer a los músicos y cineastas en el futuro no serán los contratos de las grandes industrias audiovisuales del siglo XXI. Sin embargo la reformulación del negocio no va hacer que desaparezca ni la creatividad ni el consumo de creación artística. Nuevos formatos y nuevas formas de consumo y de intercambio sostendrán los procesos creativos en muy poco tiempo... La industria está en vías de "reconvertirse", de igual manera que la imprenta o el libro de bolsillo cambiaron la forma de crear y de consumir las letras... los formatos digitales van definir de nuevo las relaciones entre la creación audiovisual y el consumo de sus obras. Precisamente también las "letras" están en un camino de no retorno en el que la creación y el consumo de los libros (edición on line, por ejemplo) se adecuarán inevitablemente más pronto que tarde a un realidad tecnológica que ya ha llegado, aunque los nuevos productos no terminen de convencer, no dejan de ser una tentación.

domingo, 22 de febrero de 2009

Menos pluralidad informativa o como salvar La Sexta


Se avecinana tiempos de vacas flacas para la pluralidad informativa. El Ministerio de Industria acaba de aprobar un Real Decreto que permitirá la fusión entre operadores de televisiones privadas y la participación de un mismo accionista en varias empresas. Las nuevas limitaciones a esta concetración se sitúan en este Real Decreto, no en los porcentajes de accionariado, como hasta ahora, sino en las audiencias acumuladas de las cadenas implicadas. Un mismo accionista podrá tener acciones en más de un operador siempre que las empresas en las que participe no superen más del 27% de la audiencia. De hecho, Industria suprime lo límites existentes a la concetración de empresas de comunicación y permite que los seis principales operadores se puedan quedar, a través de un sistema de fusiones, en tres. En la agenda oculta del Real Decreto está dar soporte a las empresas audiovisuales en la actual realidad económica, un escenario que ya se apuntó con la creación del mapa digital de las televisiones en España: no hay mercado publicitario para tantos operadores y, mucho menos, si todos juegan a ser operadores dominantes. Sin embargo, la estrategia que se percibe es todavía más opaca: se aprovecharon las vacas gordas para repartir licencias a los amigos... y ahora las vacas flacas sirven para forzar fusiones que favorezcan la supervivencias de los medios afines. En este caso, la operación conlleva un esfuerzo a la desesperada (poco antes de la previsible promulgación de la Ley Audiovisual Estatal, prevista para marzo) por salvar a La Sexta de una situación acuciante y permitir que TeleCinco o Antena 3 (previsiblemente esta última) se haga con ella. ¿Dónde queda la promesa de pluralismo con al que en 2005 Zapataro abría el mercado con la entrada de Roures y Prisa en el negocio de las televisiones generalistas privadas? ¿En qué van a quedar los procesos de destribución de licencias de TDT que supuestamente debían servir para aumentar la oferta de los ciudadanos? Y, sobre todo, ¿es sostenible una estructura audiovisual que se sutenta en la especulación y en el negocio del deporte (fútbol) más que sobre la creación de una oferta plural y que garantice el derecho a la información y dé acceso a los medios a la sociedad civil y al conjunto de las opciones y sensibilidades sociales y culturales...?

lunes, 16 de febrero de 2009

Transparencia informativa en Canal 9



La sociedad valenciana clama por la transparecia informativa en la televisión pública Canal 9 ante los casos de corrupción del PP en la Comunitat... Se podría pensar que obviar las investigaciones del juez Garzón sobre la contratación irregular de la empresa Orange Market, eliminar de los informativos la mínima referenca a la previsible imputación judicial de Alperi y Fabra por el TSJ es un gesto que pretende salvaguardar la presunción de inocencia ... a costa de sumergir el derecho a la información en el fondo del "Golfo de Valencia"... que no haya aparecido el encarcelamiento del consejero Cartajena tras estafar a unas "monjitas" es un favor que nos hace el consejo de administración que preside Pedro García. Pero esa opacidad y falta de contenidos críticos sobre la política "pepera", ha quedado en los últimos años sobradamente compensada con la presencia en el ente de servicio público RTVV de Naomi Ramal en difierentes programas de entretenimiento. La citada Noemí, tiene entre su largo curriculum el acierto de de ser esposa del imputado Alvaro Pérez. Las imágenes que nos está brindado la "cacería" de Garzón son inolvidables, aunque no aparezcan en los informativos de Canal 9, la televisión valenciana nos ha comensado con la cercanía y el bridis de una exmamachicho que protragonizó en su extenso curriculum perlas como "Ríete de la crisis" con Juanito Navarro; azafata de "Llévatelo calentito" de los Morancos, o su no menos destavable papel de actriz en en el show de Pepe Carrol "Quién sabe cómo". Todo eso, y presentar las campanadas de Nochebuena en Canal 9 de 2008 y 2009. Podría parecer que es un regalo entre amigos, compadres de proyecto político, pero en realidad es un regalo para los valencianos, que debemos valorar en lo que vale la elección de pareja de Álvaro Pérez y su bienvenida amistad con la dirección de Canal 9. Todos salimos ganando.

domingo, 15 de febrero de 2009

Mensajes a la Cristiandad y supuestos errores de comunicación



El pasado 21 de enero Benedicto XVI perdonó a cuatro obispos lefebvrianos enemigos del Concilio Vaticano II, declarados ultraconservadores que fuero excomulgados por Juan Pablo II en 1988 tras seer consagrados por Marcel Lefebvre. El perdón llegó justo la misma semana en la que uno de ellos, Richard Williamson, hacía público su postura "negacionista" sobre el holocausto judío. Federico Lombardi, jefe de prensa del Papa, disculpó este detalle como un error de comunicación: el Papa desconocía la postura de los perdonados sobre estos temas... las comisiones que tramitaron este perdón parece que desconocían la postura de Williamson, o simplemente no se dieron por aludidas. Un error de comunicación que deja las cosas como están, con los perdonados de nuevo en el camino del paraíso, incluidos en la comunidad y en la comunión de los fieles y con las verguenzas (o las habilidades, según se mire) de la conocida eficacia diplomática del Vaticano al aire. Sin embargo, el mensaje a la cristiandad estaba dado... el ecumenismo y la voluntad de búsqueda de paz con las grandes religiones monoteistas que impulso Juan Pablo II está periclitado. En realidad, este impulso de unidad pan-eclesial era el último rastro que el Papa polaco había dejado del Concilio Vaticano II, y ha quedado fulminado con una finta sutil de Benedicto XVI, un gesto de estratega prusiano (o estadista bávaro) que supone acoger en el seno de la Iglesia a una banda de pseudoobispos preconciliares y filonacis. Benedicto XVI prentede volver a la guerra de las religiones con el objetivo de gestionar las tensiones propias de una Iglesia en crisis que trata de ponerse a la defensiva y cerrar sus filas, aunque ese cierre de filas se afiance en la profundidad de los errores de la Europa del pasado siglo XX, o de la Edad Media (léase "Reconquista" en el caso de la Conferencia Episcopal española).

Periodistas con pistolas


En las sociedades sometidas a situaciones de inenstabilidad democrática y de violencia más o menos explícita como herramienta de control social, los medios de comunicación de masas son un arma más en la batalla por el poder y por la opinión pública. Si existen resquicios para la movilización social, la fuerza de los medios aumenta, pero también su vulnerabilidad. Filipinas es un ejemplo de esas sociedades con democracias debilitadas por los intereses de las oligarquías y por la necesidad de mantener bajo control las tensiones de político económicas que pongan en cuestión el poder establecico. Los periodistas asesinados se cuentan por decenas, sobre todo entre periodistas locales. La alternativa a ello, y ante la inacción del estado, por dejación o por incapacidad, ha sido la decisión de varias asociaciones profesionales de prensa de entrenar a los periodistas en el uso de las armas de fuero... Periodistas filipinos aramados con sus ordenadores, una pistola en el cinto y el cuerpo protegido con un chaleco. No se trata de un debate nuevo, pero no deja de caer en nuestras conciencias como una piedra. En ocasiones, los chalecos y las armas pueden no servir para proteger la libertad de expresión, pero sirven para garantizar la defensa de la vida de quienes se saben en peligro. El problema es que, en esta situación, el protagonismo de la palabra, y la pluralidad y libertad de acceso a la información queda en segundo lugar para ocupar el protagonismo el ejercicio de la fuerza, aunque esta sea con una finalidad defensiva. Quien necesita de un arma para defender sus derechos fundamentales no es más libre que el que está a merced de la muerte, es prisionero de su necesidad de utilizar la violencia para poder expresarse. En otros contextos, la pistola es sustituida por el miedo a perder el trabajo, la necesidad de mantener el control de una línea editorial o la voluntad de garantizarse un respaldo seguro. En todo caso, una mecánica automática de expulsar plomo se convierte en el medio de regular la libertad de expresión. La soledad de los profesionales es infinita. El periodismo es un trabajo complejo, extrañamente cruel y difícil de ejercerse de manera inmaculada, pero sobre todo, es un trabajo arriesgado, en lo ético y en lo físico.